Francisca, estudiante universitaria, se unió a un grupo de escaladores para conocer Valle de Cochamó. Nunca había probado una ruta tan larga ni exigente. A mitad de camino sintió que no podía más, pero el apoyo del grupo y la vista imponente del valle la impulsaron. Llegó exhausta, con lágrimas en los ojos, pero con una sonrisa que ningún examen había logrado. Ese día entendió que la escalada no es solo deporte: es confianza, comunidad y aprender a creer en uno mismo.
Francisca, estudiante universitaria, se unió a un grupo de escaladores para conocer Valle de Cochamó. Nunca había probado una ruta tan larga ni exigente. A mitad de camino sintió que no podía más, pero el apoyo del grupo y la vista imponente del valle la impulsaron. Llegó exhausta, con lágrimas en los ojos, pero con una sonrisa que ningún examen había logrado. Ese día entendió que la escalada no es solo deporte: es confianza, comunidad y aprender a creer en uno mismo.